8.09.2009

Ciudad sin nombre


El canto de las sirenas decía que era ella... pero NO. Tal vez en algún país lejano o en alguna ciudad sin nombre o bajo un cerezo colmado de delicados capullos o tal vez más cercana, a la sombra de un naranjo... Quizá ella esté ahí disfrutando de la belleza y del amor... Debe existir, en alguna ciudad, la chica lunar... La búsqueda debe continuar...

Canción de amor
(Rilke)

¿Cómo sujetar mi alma para
que no roce la tuya?
¿Cómo debo elevarla
hasta las otras cosas, sobre ti?
Quisiera cobijarla bajo cualquier objeto perdido,
en un rincón extraño y mudo
donde tu estremecimiento no pudiese esparcirse.

Pero todo aquello que tocamos, tú y yo,
nos une, como un golpe de arco,
que una sola voz arranca de dos cuerdas.
¿En qué instrumento nos tensaron?
¿Y qué mano nos pulsa formando ese sonido?
¡Oh, dulce canto!

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